En una de las vueltas más retorcidas del destino que he escuchado. La madre del niño asturiano que vivía con sus abuelos y que ha sido acogido por los Servicios Sociales de la Administración Autonómica por pesar más de 100 kilos con 10 años, murió hace un tiempo a causa de la anorexia nerviosa que padecía. Los abuelos niegan que exista una relación entre la muerte por anorexia de la madre y la obesidad del niño. Se defienden afirmando que también cuidan de otro nieto y que éste no sufre problemas de sobrepeso. La familia sí ha reconocido que la madre del niño murió de anorexia y que desde entonces los abuelos se hicieron cargo de los dos hijos de ésta, ya que el padre se encuentra en paradero desconocido. Aunque el niño ha adelgazado ya 20 kilos desde que se encuentra bajo la tutela del Principado de Asturias, los abuelos han buscado un abogado para intentar que el niño vuelva a vivir con ellos. El caso del niño no es un trastorno de origen endocrino, por lo que los servicios sociales están trabajando con ellos para hacerles ver el problema que supone el exceso de peso y conseguir que adquieran hábitos alimenticios sanos que permitan la vuelta al hogar de su nieto.
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