Muchas personas culpan a los medios de comunicación por los desordenes alimenticios, pero ¿hasta qué punto los podemos culpar? ¿No somos nosotros los que tomamos la decisión de comer, dejar de comer o vomitar? ¿Qué tan susceptibles somos a la influencia de la televisión, el cine, las revistas, que muestran la figura “perfecta”?
sábado, 30 de mayo de 2009
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